Los cambios tienen este curioso claro oscuro que baila con nuestros pensamientos. Un día puedes verlos como cosas insignificantes que no demuestran el progreso que realmente quieres en tu vida o en un ámbito específico. En otro momento puedes verlos como un gran monstruo que viene a acabar con todo como lo conoces, un enemigo contra el cual quizá no tendrás la fuerza para pelear y salir con victoria. Pero al final, cuando detienes ese baile tormentoso en tu cabeza, y te das el espacio de observar en silencio todos los cambios que has vivido y a lo que te han llevado, con sorpresa entenderás el progreso que grandes y pequeños cambios han traído a tu vida.
Punto a favor para los cambios. Punto seguido para que sigan llegando a ti.