Cuándo viste al mar
apenado por sus tonalidades,
por sus movimientos,
por las curvas de su cuerpo.
Cuando por su abundancia
por la forma en la que se esparce
sobre la arena.
Cuándo has visto al mar
queriendo callar
el sonido de sus olas,
evitando chocar
con paredes y personas.
Cuándo has visto al mar
tan siquiera intentar
dejar de ser.